La carta
Pequeñas y apretadas palabras garabateando por todas partes
el papel
como las patas arrastradas de una mosca,
¿qué puedes decir de la luna encendida
a través de las hojas de roble?
¿O de mi ventana incierta y el
piso desnudo
salpicado de luz de luna?
Tus tontas excentricidades y giros no tienen nada
en ellos
de espinos en flor,
y este papel es opaco, crujiente, suave,
virgen de la belleza
debajo de mi mano.
Estoy cansada, Amado, de frotar mi corazón
contra
el deseo de ti;
de apretarlo en pequeñas gotas de tinta,
y anotarlo.
Y ardo sola, aquí, bajo el fuego
de la gran luna.
***
The letter
Little cramped words scrawling all over
the paper
Like draggled fly's legs,
What can you tell of the flaring moon
Through the oak leaves?
Or of my uncertain window and the
bare floor
Spattered with moonlight?
Your silly quirks and twists have nothing
in them
Of blossoming hawthorns,
And this paper is dull, crisp, smooth,
virgin of loveliness
Beneath my hand.
I am tired, Beloved, of chafing my heart
against
The want of you;
Of squeezing it into little inkdrops,
And posting it.
And I scald alone, here, under the fire
Of the great moon.
Amy Lowell (Boston, 1874-1925), en My poetic side
Versión de Diego Colomba
Rosario, 2/8/23
1. Piogge d´aprile de Sergio Solmi
Lluvias de abril
En estas incesantes lluvias
de abril, se encogen los pasos,
se dispersan las voces, se corrompe
el mundo
en una nube de ruido amortiguado.
El agua del cielo lava las murallas
y las soñolientas ansias,
como las plantas, las viejas heridas
abre, pero sin ardor.
El cuerpo se hunde
despacio en el seno del tiempo
que sin ilusorias promesas nos guía
y los deseos alimenta
anónimos y difusos como hojas.
Así, sin saber,
en el sutil cambio
de pronto, nos apartamos.
Fundidos en arcilla blanda
esperamos la ola voluble
que de nuevo nos moldee.
La naturaleza redime nuestros errores,
males de un fruto suyo,
nos vuelve a sus orillas inermes y desnudos.
Y también yo a tu dulce trampa
a tus encantadores llantos y suspiros
me confío,
a ti que de golpe en el alma
bajo el nimbo lluvioso me des
tu perdón,
piadoso tiempo.
Piogge d'aprile
A queste interminabili piogge
d'aprile, si feltrano i passi,
si sfaldano le voci, si disfà
il mondo
in una nube di suoni assorditi.
L'acqua del cielo lava le muraglie
e i sonnolenti pensieri,
come le piante, le pene antiche
schiude, ma senza bruciore.
Il corpo tracolla
adagio nel grembo del tempo
che senza illuse promesse ci guida
e i desideri nutrisce
anonimi e diffusi come foglie.
Così, senza sapere,
nell'impercettibile mutamento
a un tratto, ci distacchiamo.
Fusi in creta molle
attendiamo l'onda volubile
che ci riplasmi.
La natura riscatta i nostri errori,
mali d'un frutto suo,
ci rende alle sue rive inermi e ignudi.
E anch'io alla tua insidia gentile
ai tuoi incantevoli pianti e sospiri
m'affido,
a te che improvviso all'anima
nel nimbo piovoso mi rechi
il tuo perdono,
bella stagione.
Sergio Solmi (Rieti, 1899-Milán, 1981), Fine di stagione, in Poesie, Mondadori, en Il club degli autori
Versión de Diego Colomba
Rosario, 15/7/23