La vaca en la estación de las manzanas
Algo anima a la única vaca recientemente
Para hacer de una cerca no más que una tranquera abierta,
Y pensar de los constructores de cercas que son tontos.
Su cara está salpicada de hollejo y babea
Un jarabe de sidra. Habiendo probado la fruta,
Desprecia un pasto que se marchita hasta la raíz.
Ella corre de árbol en árbol donde yacen y endulzan
Los frutos caídos enriquecidos con rastrojo y agusanados.
Los deja mordidos cuando tiene que volar.
Ella brama en una loma contra el cielo.
Su ubre se marchita y la leche se seca.
***
The cow in apple-time
Something inspires the only cow of late
To make no more of a wall than an open gate,
And think no more of wall-builders than fools.
Her face is flecked with pomace and she drools
A cider syrup. Having tasted fruit,
She scorns a pasture withering to the root.
She runs from tree to tree where lie and sweeten
The windfalls spiked with stubble and worm-eaten.
She leaves them bitten when she has to fly.
She bellows on a knoll against the sky.
Her udder shrivels and the milk goes dry.
Robert Frost (San Francisco, 1874-Boston, 1963), en Selected Poems, Project Gutenberg eBook, 2019.
Versión de Diego Colomba
Rosario, 31/7/23
1. Piogge d´aprile de Sergio Solmi
Lluvias de abril
En estas incesantes lluvias
de abril, se encogen los pasos,
se dispersan las voces, se corrompe
el mundo
en una nube de ruido amortiguado.
El agua del cielo lava las murallas
y las soñolientas ansias,
como las plantas, las viejas heridas
abre, pero sin ardor.
El cuerpo se hunde
despacio en el seno del tiempo
que sin ilusorias promesas nos guía
y los deseos alimenta
anónimos y difusos como hojas.
Así, sin saber,
en el sutil cambio
de pronto, nos apartamos.
Fundidos en arcilla blanda
esperamos la ola voluble
que de nuevo nos moldee.
La naturaleza redime nuestros errores,
males de un fruto suyo,
nos vuelve a sus orillas inermes y desnudos.
Y también yo a tu dulce trampa
a tus encantadores llantos y suspiros
me confío,
a ti que de golpe en el alma
bajo el nimbo lluvioso me des
tu perdón,
piadoso tiempo.
Piogge d'aprile
A queste interminabili piogge
d'aprile, si feltrano i passi,
si sfaldano le voci, si disfà
il mondo
in una nube di suoni assorditi.
L'acqua del cielo lava le muraglie
e i sonnolenti pensieri,
come le piante, le pene antiche
schiude, ma senza bruciore.
Il corpo tracolla
adagio nel grembo del tempo
che senza illuse promesse ci guida
e i desideri nutrisce
anonimi e diffusi come foglie.
Così, senza sapere,
nell'impercettibile mutamento
a un tratto, ci distacchiamo.
Fusi in creta molle
attendiamo l'onda volubile
che ci riplasmi.
La natura riscatta i nostri errori,
mali d'un frutto suo,
ci rende alle sue rive inermi e ignudi.
E anch'io alla tua insidia gentile
ai tuoi incantevoli pianti e sospiri
m'affido,
a te che improvviso all'anima
nel nimbo piovoso mi rechi
il tuo perdono,
bella stagione.
Sergio Solmi (Rieti, 1899-Milán, 1981), Fine di stagione, in Poesie, Mondadori, en Il club degli autori
Versión de Diego Colomba
Rosario, 15/7/23