MALENTENDIDOS
Lecturas equívocas, interpretaciones erráticas de poesías dadas a publicidad…
Un poema de Roberta Iannamico
Como Gepetto
En la panza de la ballena
enciendo una vela para escribir
las costillas son
un arcoiris sin color
un templo
donde escucho
mi propia voz
afuera el mar
baila solo.
De Muchos poemas (Rosario, Ediciones Neutrinos, 2017)
"Como Gepetto" es uno de los tantos poemas de Iannamico que alientan en el lector una rara superstición: la de creer que es posible acceder a una suerte de éxtasis cotidiano con la despreocupación y el suave desenfado de quien se suelta el cabello. En ese estado de gracia, bastarían algunas pocas y simples palabras para nombrar la desnuda perfección de una piedra, un cuerpo que duerme, un vestido.
Algo de ese deliberado desaliño se exhibe en las frases que se yuxtaponen sin hacer uso de signos de puntuación (excepto el del punto final), en la elección de las palabras “panza” y “costillas” para referirse a un cetáceo y en la falta de conectores lógicos con que el poema traza su razonar analógico: la partícula comparativa del inicio y el verbo copulativo del tercer verso tienden puentes entre alteridades, mostrando que esto es aquello, sin que el esto y el aquello dejen de ser independientes el uno del otro.
La escena de escritura que representa el poema emana un hálito infantil (colabora para ello la alusión a la historia de Collodi y el “arcoíris”) y un cándido humor (Gepetto es el humilde trabajador inspirado —tragado por la ballena—) que se vuelven solidarios. En esa atmósfera de gran soledad y fértil en resonancias (se crea dentro de un vientre) que resulta el espacio literario, las propias palabras regresan con retraso y resuenan misteriosas. Mientras tanto los sentidos se agitan en un mundo que no parece necesitar de nosotros: a lo sumo, y con suerte, nos invita a su fiesta en una fugaz epifanía.
Diego Colomba
Rosario, 18 de octubre de 2017.